El tono podría ser interpretado como desafiante, pero en rigor se trata del nuevo y más restringido espacio en el que Cristina Kirchner decidió asentar su defensa verbal. La ex Presidente sostuvo que nada que sea investigado podrá vincularla personalmente con las causas por corrupción e ironizó sobre las excavaciones en el Sur. Lo dijo apenas un día después de que Claudio Bonadio la procesara junto a catorce ex funcionarios y allegados a ese circuito de poder, 22 empresarios de primera línea, un financista, dos ex choferes, un ex juez y un ex operador kirchnerista en el ámbito de la Justicia.
«Nunca van a encontrar nada con lo que involucrarme, porque jamás me apoderé de dinero ilícito alguno», dice uno de los párrafos del escrito que ayer mismo presentó ante el juez Sebastián Casanello en la causa por la denominada Ruta del dinero K, aunque con otros y obvios destinatarios: Bonadio y el caso de los cuadernos de las coimas.
Ese texto, con la conocida referencia a una amplia persecución política, deja unos pasos atrás a la defensa de sus voceros formales e informales, que continúan hablando de la «causa de las fotocopias» para descalificar enteramente la investigación que arrancó con los obsesivos apuntes de Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta, fuente de todo tipo de especulaciones, atractivas pero superadas por la realidad. En menos de dos meses, una sucesión vertiginosa de hechos puso de relieve que ese recurso lucía pobre, débil como principal pilar defensivo.
En cambio, el escrito ante Casanello refrenda otro planteo que de manera más directa es presentado por sus defensores de mayor exposición mediática: según ese discurso, si no son halladas cuentas ni son descubiertos fajos de dinero en algún escondite, no hay delito comprobado. Al margen del frágil y elemental flanco jurídico que ofrece ese argumento, en la misma línea pública se anotó la ex Presidente al decir que no encontrarán nada que la involucre aunque excaven en toda la Patagonia. La idea no fue impresionar a la Justicia, sino buscar su repercusión pública: el texto fue tuiteado sin demoras desde sus oficinas.
Fuente: Infobae