Las irregularidades alcanzan a más de 7 mil personas que figuran como supuestos aportantes de millones de pesos, solo en las elecciones presidenciales de 2015 y legislativas de 2017, pero que en realidad nunca abrieron sus billeteras, carecen de patrimonio suficiente para afrontar esas donaciones o, peor aún, fueron usurpadas de sus nombres sin su autorización.
Liderados en 2015 para la recaudación por Nicolás «Nicky» Caputo y Edgardo Cenzón, a nivel nacional, y por Jorge Macri y Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires, los equipos de Cambiemos armaron aquel año una nómina de 2 mil personas que pusieron sus nombres, números de documento de identidad y firmas para admitir como dinero propio un porcentaje -el resto se gastó en negro- de las fortunas que aportaron empresarios que prefirieron seguir en el anonimato.
La operatoria incluyó todo tipo de manipulaciones. Como en Ituzaingó, donde el candidato a intendente por Cambiemos, Osvaldo Marasco, presentó su lista de candidatos a concejales y consejeros escolares y descubrió luego que la utilizaron, íntegra, para dibujar aportes. A él lo hicieron aparecer con una donación de $ 50.000; cada aspirante a concejal titular con $ 38.000 y con $ 18.000 cada suplente, y cada postulante a consejero con 23.000 y 11.000 pesos según fueran titulares o suplentes.
«Eso es imposible. Si a algunos de los consejeros le dábamos plata para el colectivo», resumió Marasco , que expuso otra torpeza: «En mi lista para Ituzaingó tipeamos un apellido con un error ortográfico y así apareció, mal tipeado, como aportante».
Fuente: La Nación